domingo, 22 de abril de 2012

Escuchadlo

LECTIO DIVINA (04-03-2012)
Marcos 9, 2-10
Seis días después, Jesús se fue a un monte alto, llevando con él solamente a Pedro, Santiago y Juan. Allí, en presencia de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Sus ropas se volvieron brillantes y blancas, como nadie podría dejarlas por mucho que las lavara. Y vieron a Elías y Moisés, que conversaban con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:
– Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Es que los discípulos estaban asustados y Pedro no sabía qué decir. En esto vino una nube que los envolvió en su sombra. Y de la nube salió una voz:
– Este es mi Hijo amado. Escuchadle.
Al momento, al mirar a su alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino sólo a Jesús.
Mientras bajaban del monte les encargó Jesús que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. Así que guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar.
Otras lecturas: Génesis 22.1-18; Salmo 116.10, 15-19; Romanos 8.31-34.
LECTIO
Jesús elige solamente a tres de sus discípulos para que compartan con él un acontecimiento muy importante. Tiene lugar en lo alto de un monte: Jesús se transfigura allí mismo, delante de ellos. Debemos fijar nuestra atención en cuatro elementos: un cambio significativo en la apariencia de Jesús; Moisés y Elías que aparecen junto a Jesús; la nube que desciende; y la voz.
Marcos nos dice que Jesús y sus ropas se volvieron brillantes y resplandecían. Indica cómo la nube cubrió a todo el grupo y al monte. Se oyó entonces una voz, procedente de la nube, que declaraba a Jesús ‘mi Hijo amado’ y añadía: ‘Escuchadlo’.
La tradición cristiana nos dice que la nube es el Espíritu Santo. La voz que habla de ‘mi Hijo’ es el Padre. Este episodio es una revelación del Dios Trino: un Dios en tres personas.
Aquí, en el monte, Jesús se revela como el Hijo de Dios En la voz de Pedro resuena el temor que sienten él y sus compañeros ante la presencia de Dios. Es algo que los relatos del Antiguo Testamento revelan una y otra vez cuando los individuos se encuentran con Dios (Véase Éxodo 3, Isaías 6).
MEDITATIO
¿Cuál es la intención de Jesús al permitir que los discípulos compartan con él esta increíble experiencia? ¿Por qué nos la cuenta Marcos?
¿Qué crees que hicieron los discípulos respecto al mandato de no contar este acontecimiento a nadie hasta que hubiera resucitado de entre los muertos?
¿De qué maneras podemos ‘escucharle’, tal como Dios les mandó a los discípulos que hicieran?
ORATIO
El salmo responsorial de este día es un himno de acción de gracias de un hombre al que Dios ha salvado de la muerte. Únete al salmista para dar gracias a Dios por haberte salvado para la vida eterna.
Pídele al Espíritu Santo que te cubra con su sombra, que te transforme para que quienes están a tu alrededor vean algo especial en tu manera de vivir. Pídele a Dios que te ayude a reflejar mejor a Jesús en presencia de los demás.
Da gracias porque poseemos el tremendo privilegio de decir caminaré en presencia del Señor ‘en el mundo de los que viven’ (Salmo 116.9). Pide la ayuda del Señor a fin de que cada día esto sea una realidad para ti.
CONTEMPLATIO
Dos textos memorables acompañan la lectura de hoy. En el primero, Génesis 22.1-18, Dios le pide a Abraham que le sacrifique a su hijo. Abraham actúa con fe y obediencia absolutas. En el último momento, Dios interviene para salvar a Isaac y proporcionar otra víctima en su lugar. El segundo, Romanos 8.31-34, nos recuerda que el amor que Dios nos tiene es tan grande que no nos negó ni a su propio Hijo, Jesús. Mediante la muerte expiatoria de Cristo, ahora podemos ser declarados ‘inocentes’. ¡Esta es, sin duda, la ‘Buena Noticia’! ¡Cómo no vamos a cantar un cántico de acción de gracias!
Lectio Divina de la Sociedad Bíblica España

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